Los derechos territoriales de los guaraní: una “cuestión de honor”

24 julio 2009

Hombre guaraní. © João Ripper/Survival

Esta página se creó en 2009 y puede contener terminología en desuso.

El presidente del departamento de asuntos indígenas del Gobierno brasileño (FUNAI), Marcio Meira, ha manifestado que resolver la cuestión sobre los derechos territoriales de los guaraní de Mato Grosso do Sul sobre sus tierras es “una cuestión de honor” y uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la organización en la actualidad.

Meira añadió que Brasil está en el punto de mira de la comunidad internacional por la situación de los guaraní y que es inaceptable que este pueblo indígena viva en unas “condiciones tan precarias”.

Durante décadas los guaraní han sido expulsados de sus tierras y confinados en reservas superpobladas donde la violencia y la malnutrición están muy extendidas. Este pueblo indígena registra una de las tasas de suicidio más elevadas del mundo.

Según la organización católica de derechos indígenas, CIMI, el año pasado la tasa de homicidios entre los guaraní-kaiowá fue 20 veces superior a la del estado de Sao Paulo; se calcula que al menos 32 guaraní se suicidaron. Muchos de ellos aseguran que los suicidios y la violencia son el resultado de la carencia de tierra y de la pérdida de esperanza en un futuro viable.

Según Anastacio Peralta, portavoz guaraní-kaiowá, en la sociedad brasileña “una vaca vale más que un niño indígena y una planta de soja más que un árbol de Ipé”

El año pasado, la oficina del Fiscal General, responsable de garantizar el cumplimiento de los derechos indígenas, ordenó a la FUNAI implementar un programa para el reconocimiento de los derechos territoriales de los guaraní. Esto supuso la debida creación de seis grupos de trabajo para la medición de las tierras guaraní con el objetivo de demarcar adecuadamente los territorios de este pueblo.

Los grupos comenzaron su trabajo el pasado mes de agosto, pero de una alianza entre terratenientes, colonos y políticos locales surgió una campaña contra los indígenas y muchos propietarios de tierras se negaron a cooperar. Enfrentados a una intimidación creciente, los grupos de trabajo abandonaron las mediciones.

El presidente de Brasil, Lula da Silva, envió la semana pasada a la región al ministro encargado de la seguridad institucional, el general Jorge Armando Félix, para reunirse con los políticos, los terratenientes y los indígenas, y realizar  un informe sobre la situación. Los grupos de trabajo deben reiniciar sus actividades esta semana.

Actúa ahora para ayudar a los guaraní.

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