Indígenas no contactados están siendo sacrificados por la producción de baterías para coches eléctricos
Los hongana manyawas se están quedando sin su selva y el tiempo se agota para ellos… Necesitan desesperadamente apoyo internacional para detener la destrucción de su hogar en la selva, que está siendo destruido por la extracción de níquel para baterías de coches eléctricos.
Guardianes de la selva
Los hongana manyawas, cuyo nombre significa “gente de la selva” en su lengua, son uno de los últimos pueblos nómadas cazadores-recolectores de Indonesia. De una población total de unas 3.500 personas, alrededor de 500 no han sido contactadas y se niegan a interactuar con foráneos.
La selva es el hogar del Pueblo Indígena Hongana Manyawa, desde que nacen hasta que mueren. Es la fuente de cuanto necesitan para sobrevivir y prosperar. Para ellos tiene un profundo significado social y espiritual, y la veneran como la fuente de vida, Manga Wowango. Los niños hongana manyawas nacen en los ríos. Por cada nacimiento, sus familias plantan un árbol con el cordón umbilical del recién nacido como señal de gratitud. Tras una vida conectada a la selva para alimentarse y cobijarse, cuando mueren colocan sus cuerpos junto a los árboles en un lugar sagrado de la selva reservado a los espíritus.
Todo ello, su hogar, su medio de supervivencia y sus espacios sagrados, peligra gravemente por las empresas mineras que ya están empezando a destruir sus tierras.
Lee el nuevo y demoledor informe de Survival International (en inglés).
Este saqueo de su territorio es todo lo opuesto a la forma en que los hongana manyawas cuidan y protegen el mundo vivo que les rodea. La selva les abastece de cuanto necesitan y llevan un modo de vida nómada: establecen su hogar en una parte de la selva antes de trasladarse y permitir que se regenere. Los hongana manyawas se rigen por la igualdad, carecen de un liderazgo formal, y tanto las mujeres como los hombres suelen cazar juntos. Cuentan con una destreza sin igual en la selva de Halmahera, donde cazan jabalíes, ciervos y otros animales, pero nunca cochinillos ni cerdas preñadas. Creen que los árboles poseen alma y sentimientos, y no los talan ni siquiera para hacer casas, sino que construyen pequeños campamentos con palos y hojas. Cuando recogen plantas para alimento y medicina, realizan rituales para pedir permiso a las plantas y dejan ofrendas a modo de respeto. Pero ahora los foráneos traen excavadoras y topadoras que destruyen todo lo que los hongana manyawas necesitan y valoran.
Evitar el contacto para sobrevivir
Al igual que con los pueblos indígenas no contactados de todo el mundo, el contacto forzado ha sido desastroso para los hongana manyawas. Entre los años 1960 y 1990, muchos hongana manyawas fueron contactados por la fuerza, expulsados de la selva y trasladados a nuevas aldeas por el Gobierno y misioneros. Este desarraigo les expuso inmediatamente a terribles brotes de enfermedades frente a las que los hongana manyawas no tenían inmunidad y a las que todavía se refieren como “la peste”. Se calcula que en una sola comunidad murieron entre 50 y 60 personas en dos meses, casi una cada día.
Los hongana manyawas aislados han dejado claro, una y otra vez, que no quieren que los contacten, ni tampoco asentarse o que extraños entren en su selva, ¡su hogar! Son muy conscientes de los peligros que entraña el contacto forzado. Al igual que los sentineleses no contactados de la India, no es de extrañar que defiendan su territorio disparando flechas a quienes entran por la fuerza.
Pero ahora los hongana manyawas se enfrentan a otra amenaza para su existencia. Las empresas están arrasando su selva en su afán de proporcionar un estilo de vida aparentemente sostenible y respetuoso con el medioambiente a personas que se encuentran a miles de kilómetros de distancia.
La minería “verde” amenaza a los pueblos indígenas no contactados
Es una cruel ironía que la mayor amenaza para los hongana manyawas provenga en la actualidad de una industria supuestamente “verde”. Su selva se asienta sobre tierras ricas en níquel, un metal cada vez más codiciado en la fabricación de baterías para coches eléctricos, aunque no sea un elemento esencial. Indonesia es ahora el mayor productor mundial de níquel y se calcula que Halmahera contiene algunas de las mayores reservas sin explotar de este mineral del mundo. El mercado del níquel está en auge y las empresas mineras están arrasando enormes extensiones de la selva que da vida a los hongana manyawas.
Los hongana manyawas no contactados están huyendo. Sin su selva no sobrevivirán. Estos coches se comercializan como alternativas sostenibles a los que funcionan con combustibles fósiles, pero el modo en que se extrae el níquel en Halmahera no tiene nada de sostenible.
Los pueblos indígenas no contactados no pueden dar su consentimiento libre, previo e informado a la explotación de sus tierras o recursos, como exige el derecho internacional para todo “desarrollo” en territorios indígenas. Sin embargo, ahora hay concesiones mineras por toda Halmahera, incluso en los territorios de los hongana manyawas no contactados. Weda Bay Nickel (WBN), empresa propiedad en parte de la minera francesa Eramet, tiene con diferencia la mayor concesión minera de la isla, y más de tres cuartas partes de esa concesión se solapan con los territorios del pueblo hongana manyawa no contactado. WBN comenzó su actividad minera en 2019 y ahora explota la mayor mina de níquel del mundo: ¡es cuatro veces el tamaño de París! Vastas extensiones del hogar del Pueblo Hongana Manyawa, su selva, ya han sido destruidas.
Eramet afirma que “marca la pauta” y que es “una empresa de referencia” en materia de derechos humanos. Sin embargo, los informes filtrados muestran que, al menos desde 2013, la empresa sabe que hay hongana manyawas no contactados en su concesión. Y a pesar de ello siguen explotando sus territorios.
El gigante químico alemán BASF había planeado asociarse con Eramet en un acuerdo de 2.600 millones de dólares para procesar níquel para baterías de coches eléctricos, pero tras una intensa presión por parte de Survival, y de nuestros simpatizantes que enviaron decenas de miles de emails, BASF se retiró del acuerdo. Sin embargo, Eramet sigue devastando la selva y planea aumentar exponencialmente la explotación minera y operar durante muchas décadas más.
El Gobierno indonesio afirma que la extracción de níquel es “fundamental para las tecnologías de energía limpia”, aunque el níquel se procese casi en su totalidad en centrales eléctricas de carbón. Entre 2020 y 2023 los casos de infecciones agudas de las vías respiratorias se dispararon más de un 2.300% en los pueblos cercanos a refinerías de níquel. Survival lucha contra otras falsas soluciones a la crisis climática que también están destruyendo tierras y vidas indígenas.
Estas imágenes satelitales muestran el rápido desarrollo de la minería en los territorios de los hongana manyawas no contactados. La concesión de Weda Bay Nickel aparece en amarillo y otras concesiones mineras en blanco. De seguir así, pronto desaparecerá la selva de los hongana manyawas.
No dejes de ver esta entrevista con dos hongana manyawas que denuncian la destrucción de su selva y afirman rotundamente que NO consienten que las empresas mineras se adueñen de sus tierras:
Los fabricantes de coches eléctricos deben posicionarse
El Gobierno indonesio está ansioso por atraer a compradores internacionales de níquel y se mostró desesperado por cortejar a Tesla y a otros fabricantes de coches eléctricos; en un momento dado incluso ofreció a Tesla su propia “concesión minera de níquel”.
Los simpatizantes de Survival enviaron más de 20.000 emails a Tesla pidiendo a la empresa que no comprara níquel de Halmahera y que, en su lugar, presionara por la creación de una zona de exclusión para proteger a los hongana manyawas no contactados. Tras estas presiones, en mayo de 2024 Tesla anunció que la empresa estudiaba “la necesidad de establecer una zona de exclusión (prohibida) a la minería para proteger los derechos indígenas y humanos, en particular los de las comunidades no contactadas”.
Esto fue un gran paso adelante, pero queda mucho por hacer. Muchas empresas automovilísticas ya tienen importantes vínculos con la industria indonesia del níquel, y Volkswagen y Stellantis incluso han firmado memorandos de acuerdo con Eramet y otras empresas que operan en Halmahera. A menos que se adopten medidas urgentes, es muy probable que el níquel de la selva de los hongana manyawas acabe en las baterías de sus coches.
Y no pueden alegar ignorancia: Survival se ha puesto en contacto con empresas de vehículos eléctricos y ha mantenido conversaciones con muchas de ellas. Ha llegado el momento de actuar. Survival hace un llamamiento a todos los fabricantes de vehículos eléctricos para que se comprometan a no extraer materiales de los territorios de los hongana manyawas no contactados, y a utilizar su influencia sobre el Gobierno indonesio y las empresas mineras y procesadoras para presionar a favor de una zona de exclusión.
Survival lidera una exitosa campaña internacional por los derechos de los pueblos indígenas no contactados, oponiéndose a la intrusión de foráneos en sus territorios que propagan enfermedades mortales, y a proyectos de “desarrollo” devastadores que podrían acabar con ellos. En lugar de destruir aún más la naturaleza y a las personas que la defienden, para luchar contra el cambio climático, deberíamos apoyar a los pueblos indígenas para defender sus selvas y sus derechos territoriales. Ellos son los guardianes de los pulmones verdes del planeta.
Actúa urgentemente por los hongana manyawas
La situación es urgente y, si quieren sobrevivir, hay que reconocer los derechos territoriales de los hongana manyawas. Hay que crear una zona de exclusión para proteger a los no contactados de la destrucción total.
Desde que la campaña de Survival se puso en marcha en abril de 2023, hemos logrado grandes avances presionando al Gobierno indonesio, a las empresas de coches eléctricos y a las propias empresas mineras y procesadoras. Hay esperanza de que los hongana manyawas sobrevivan, pero necesitan tu apoyo.
Hacemos un llamamiento:
- A Eramet y a las demás empresas que explotan minas en Halmahera para que acaten inmediatamente el derecho internacional y pongan fin a las actividades mineras y de otro tipo en los territorios de los hongana manyawas no contactados.
- A las empresas de coches eléctricos para que se comprometan públicamente a no comprar níquel ni cobalto de territorios de pueblos indígenas no contactados.
- Al Gobierno indonesio para que establezca una “zona de exclusión o prohibida” para proteger a los hongana manyawas no contactados y sus territorios.
Con tu apoyo, podemos conseguir proteger de la minería el hogar de los hongana manyawas, para que puedan volver a vivir libremente en su selva.
Actúa ahora para ayudar a los hongana manyawas
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