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Frontera amazónica de los no contactados

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A caballo entre los límites de Perú, Brasil y Bolivia está la “Frontera amazónica de los no contactados”, hogar del mayor número de pueblos indígenas aislados del planeta.

Donde mantienen el control sobre sus tierras prosperan.

Sin embargo en otras partes, la exploración petrolífera, los madereros, narcotraficantes y carreteras ponen sus vidas en peligro.

Survival está presionando a estos gobiernos para que cumplan la ley y eviten su destrucción.

Los pueblos indígenas aislados son como nosotros antes de ser contactados. Se desplazan de sitio a sitio, y huyen cuando ven a un blanco. Le puedo asegurar que están ahí.Salomon Dunu, matsés

En la frontera entre Perú y Brasil vive la mayor concentración de pueblos indígenas no contactados de la Tierra. No entienden de fronteras y cruzan de un país a otro siguiendo sus rutas nómadas. Son los isconahuas, matsigenkas, matsés, mashco-piros, mastanahuas, murunahuas (o chitonahuas), nantis, sapanawas, nahuas y muchos más cuyos nombres desconocemos.

© Survival International

Es muy poco lo que sabemos de ellos, pero sí sabemos que rechazan el contacto a menudo como resultado de la terrible violencia y las enfermedades que trajeron consigo los foráneos.

Algunos escogieron el aislamiento tras sobrevivir a la fiebre del caucho, durante la que miles de indígenas fueron esclavizados y asesinados. Muchos huyeron a las zonas más recónditas de la Amazonia y desde entonces evaden el contacto a largo plazo.

En las raras ocasiones en las que son avistados o se produce un encuentro dejan claro que quieren que se les deje solos.

A veces reaccionan de forma agresiva, como forma de defender su territorio, o dejan señales en la selva para advertir a los foráneos que se mantengan alejados.

Cómo viven

Indígenas no contactados vistos desde el aire durante una expedición del Gobierno. Acre (Brasil), mayo de 2008. © G. Miranda/FUNAI/Survival

Los pueblos indígenas aislados no son ni atrasados ni reliquias primitivas de un pasado lejano. Son nuestros contemporáneos y una parte vital de la diversidad humana.

Casi todos son nómadas y se desplazan por sus territorios en grupos de familia extensa pequeños en función de las estaciones.

© FENAMAD

Cuando llega la época de lluvias y los niveles de agua están altos, aquellos que no suelen utilizar canoas viven lejos de los ríos en las profundidades de la selva.

Sin embargo, durante la estación seca algunos acampan en las playas y pescan y recogen huevos de tortuga.

Otros viven en casas comunales, cultivan en los claros de la selva y también cazan y pescan.

Y algunos como los mashco-piros son cazadores-recolectores capaces de montar y abandonar un campamento a gran velocidad. Cazan animales, como monos, con largos arcos y flechas.

Los foráneos se instalan en la zona

Muchos foráneos buscan forzar el contacto en la Frontera amazónica de los indígenas aislados.

Isconahuas tras ser contactados por primera vez por misioneros. © Survival

Por ejemplo, hay misioneros que quieren evangelizarlos porque los consideran primitivos.

Algunos académicos piden que se les contacte a la fuerza porque consideran que su existencia “no es viable a largo plazo”.

Otros intrusos involucrados en actividades ilícitas, como el narcotráfico, han disparado a los indígenas e incluso masacrado a comunidades enteras.

Sin embargo, a menudo el contacto ocurre simplemente porque los foráneos pretenden arrebatar a las comunidades indígenas sus tierras y recursos. Los pueblos indígenas son los mejores conservacionistas y guardianes de la naturaleza y por eso sus tierras son ricas en recursos naturales. La madera de sus bosques es extremadamente rentable, al igual que el petróleo y el gas que hay bajo sus pies.

Indígenas isconahuas con los misioneros que forzaron el contacto. © Survival

Todas estas amenazas tienen un efecto dominó en toda la región a medida que los indígenas se ven forzados a huir y a abandonar sus huertos y zonas de caza.

Por ejemplo, un grupo de sapanawas estableció contacto en Brasil recientemente después de que unos foráneos masacraran a la mayoría de sus ancianos. Fueron tantos los muertos que no pudieron enterrarlos a todos y sus cadáveres se convirtieron en alimento de los buitres.

Primer contacto letal

Survival se opone a los intentos de foráneos de contactar a los indígenas aislados. Las consecuencias son siempre catastróficas. Iniciar el contacto debe ser su propia elección. Quienes entran en territorio de indígenas aislados les niegan esa capacidad de elegir.

Poblaciones enteras están siendo exterminadas por enfermedades como la gripe o el sarampión frente a las que no tienen inmunidad. Los jóvenes y los ancianos suelen ser los primeros y los que más posibilidades tienen de morir.

El primer contacto con los matis del Valle del Javarí se produjo en 1978 en Brasil y mató a más de la mitad de su población en poco tiempo. Los matis dejaron de celebrar sus ceremonias y, como muchos otros indígenas que han sufrido el trauma del primer contacto, dejaron de tener hijos. Para 1983 solo 87 matis sobrevivían. Actualmente los que quedan se están reagrupando pero todavía padecen el impacto de enfermedades introducidas como la malaria y la hepatitis.

A principios de los 80 las exploraciones petrolíferas de Shell provocaron el contacto con el pueblo indígena aislado nahua. A los pocos años el 50% de los nahuas había muerto. Todavía hoy quienes sobrevivieron padecen enfermedades como la tuberculosis y la hepatitis B, y apenas reciben ayuda del Gobierno.

Los problemas no se detienen tras el contacto. Algunas veces los gobiernos tratan de asimilarlos a la sociedad dominante obligándolos a sedentarizarse e integrarse. Los funcionarios piensan que estos pueblos necesitan “modernizarse”, pero el hecho de que no sean sociedades industrializadas no significa que no formen parte ya del mundo moderno, con el mismo derecho que cualquier otra sociedad a escoger cómo quieren vivir.

El objetivo que subyace, sin embargo, es liberar las tierras indígenas para que se puedan explotar sus recursos.

Proteger la tierra

Todos los pueblos indígenas aislados se enfrentan a una catástrofe a menos que su tierra sea protegida. Esto significa que toda la región de la Frontera amazónica de los no contactados debe recibir protección. En Survival estamos haciendo todo lo que podemos para garantizar dicha protección y para que tengan la oportunidad de decidir su propio futuro.

En esta zona hay muchas reservas de indígenas aislados, territorios indígenas y parques nacionales. Pero no es suficiente. Se deben crear más para que todo territorio indígena se incluya dentro de un área protegida.

Y más importante aún: las fronteras de estos lugares han de estar debidamente vigiladas. El Gobierno brasileño ha reconocido territorios para pueblos indígenas aislados en esta región, pero los recortes de financiación hacen que los puestos de vigilancia no dispongan de suficiente personal o incluso que estén abandonados, lo cual permite que los narcotraficantes y madereros operen con impunidad en tierras de estos pueblos indígenas.

Es más, se siguen aprobando exploraciones petrolíferas y construcción de carreteras en el mismo corazón de estas tierras protegidas.

Sierra del Divisor

Matsés contactados que viven cerca se han opuesto radicalmente a las exploraciones petrolíferas. © Survival

El nuevo Parque Nacional Sierra del Divisor creado en Perú no consigue proteger a los pueblos indígenas aislados que viven en él.

La región de la Sierra del Divisor está a caballo entre Perú y Brasil. Es conocida por su paisaje único y es un bastión de especies endémicas y en peligro de extinción.

Es además el hogar de varios pueblos indígenas no contactados entre los que se encuentran los matsés y los isconahuas.

En el año 2015 se creó un parque nacional en el territorio peruano pero madereros, narcotraficantes y mineros siguen invadiendo la región.

A pesar de ser un parque nacional todavía se permite realizar exploraciones petrolíferas en zonas muy amplias. Cualquier exploración es devastadora para los pueblos indígenas aislados y les obliga a huir para salvar sus vidas.

Los pueblos indígenas son los mejores conservacionistas. Por eso protegerlos es la mejor manera de proteger el medioambiente, en beneficio de toda la humanidad.

Cuando se produce el contacto

Cuando los miembros de un pueblo indígena inician el contacto, o cuando este viene impuesto por foráneos, el gobierno del respectivo país tiene la obligación de reaccionar inmediatamente de forma decisiva para intentar reducir el altísimo riesgo de pérdida de vidas.

Equipos médicos especializados deben desplazarse a la zona con rapidez y permanecer allí a largo plazo. Al mismo tiempo hay que tener cuidado de no fomentar que los pueblos indígenas se vuelvan dependientes.

Las fronteras de sus territorios deben vigilarse para impedir incursiones de personas no autorizadas, a las que también se debe mantener alejadas si los indígenas han abandonado voluntariamente los límites de su propia tierra.

El contacto no debe ser iniciado por nadie más que no sea el propio pueblo indígena, ya que casi todos los casos derivan en la pérdida de vidas humanas.

Mashco-piros

Indígenas mashco-piros no contactados en la orilla de un río cerca del parque nacional del Manu, 2011. © Jean-Paul Van Belle

En 2011 algunos foráneos empezaron a establecer contacto de forma regular con un grupo de mashco-piros aislados. Entre ellos había misioneros y turistas que daban a los indígenas machetes, plátanos y ropa.

El Gobierno de Perú no interrumpió estas interacciones hasta que en 2015 los mashco-piros mataron a un hombre en una comunidad indígena local.

Ahora los vigila para asegurar que no haya más violencia e impedir que se propaguen las enfermedades. A pesar de ello, la presencia médica es mínima y podría ocurrir una catástrofe en cualquier momento.

Ayuda a Survival

Es necesario proteger la Frontera amazónica de los no contactados para que sobrevivan los pueblos indígenas que habitan en ella.

En sus territorios nunca se deberían permitir proyectos externos como exploraciones petrolíferas, deforestación o carreteras.

Estamos haciendo todo lo que podemos para garantizar la protección de sus tierras y para que tengan la oportunidad de decidir su propio futuro.

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Actúa ahora para ayudar a los indígenas no contactados de la frontera amazónica.

Sus territorios no deben abrirse a proyectos externos, como la exploración de hidrocarburos, la deforestación o las carreteras. Las consecuencias de hacerlo pueden ser genocidas.

Estamos haciendo todo lo posible para garantizar que se respetan sus derechos y se protegen sus tierras, y que tengan la oportunidad de decidir su propio futuro.

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