El Tribunal Supremo de Brasil da un paso crucial hacia el reconocimiento de los derechos de los indígenas

9 abril 2021

Tito Vilhalva, uno de los líderes de la comunidad de Guyra Roka. © Survival

Esta página se creó en 2021 y puede contener terminología en desuso.

Una pequeña comunidad de indígenas brasileños ha ganado un caso sobre derechos territoriales en el Tribunal Supremo de Brasil que podría tener importantes repercusiones para los indígenas de todo el país.

El Tribunal ha dictaminado que una decisión judicial de 2014 que anulaba la devolución de parte de su territorio ancestral a la comunidad guaraní de Guyra Roka debe ser revisada porque los propios guaraníes no participaron en el proceso. Ahora, se les debe dar una audiencia justa antes de que la Corte vote de nuevo sobre la devolución de su territorio.

La sentencia afectará potencialmente a otras comunidades cuyas tierras han sido robadas, pero que esperan reclamarlas.

Sin embargo, las posibilidades de que los guaraníes recuperen sus tierras a corto plazo son remotas.

Casi toda la zona está en manos de un poderoso político y agroganadero, José Teixeira, implicado en una serie de ataques a los guaraníes. Uno de los líderes de Guyra Roka, Ambrosio Vilhalva, que actuó en el largometraje Birdwatchers, murió apuñalado en 2013.

Vilhalva y otros lideraron una “reocupación” en el año 2000 para recuperar una pequeña parcela de sus tierras en manos del agroganadero.

Uno de los líderes de Guyra Roka, Ambrosio Vilhalva, fue asesinado en 2013. © Survival

Tito Vilhalva, líder religioso de la comunidad de Guyra Roka, dijo: “Tengo 99 años. [Cuando era joven] Guyra Roka era un bosque, no había carreteras ni vallas. Era solo bosque e indios, monos y tapires. No había ningún brasileño en ese momento”.

La anulación del territorio Guyra Roka en 2014 se basó en lo que los activistas denominan como “truco” del marco temporal, una estratagema de los políticos antindígenas para manipular la Constitución y robar tierras indígenas.

El truco del marco temporal consiste en que, a menos que los pueblos indígenas estuvieran viviendo en sus tierras ancestrales el 5 de octubre de 1988 [día en que se aprobó la Constitución brasileña], ya no tendrían ningún derecho sobre ellas. De tener éxito, esta maniobra genocida pondría en grave peligro centenares de territorios indígenas y a decenas de pueblos indígenas no contactados.

Los pesticidas de las enormes granjas que rodean Guyra Roka envenenan sus peces. © Sarah Shenker

El Tribunal Supremo debe pronunciarse en breve sobre otro caso relacionado con el pueblo indígena xokleng, que sentará el precedente definitivo para el truco del marco temporal. Si se mantiene en ese caso, los derechos indígenas retrocederán décadas y muchos pueblos indígenas, y sus tierras, podrían ser destruidos.

El abogado indígena Eloy Terena ha declarado: “En lugar de proteger los intereses indígenas, [el Estado y sus agentes] actuaron en estrecha colaboración con los agroganaderos de la región con el fin de promover la expulsión de los indígenas de sus tierras y promover el agronegocio genocida”.

El truco del marco temporal son una serie de medidas que el Gobierno del presidente Bolsonaro está impulsando con el objetivo de abrir todas las tierras indígenas del país a la minería, la agroganadería y la actividad maderera. Estas medidas constituyen el mayor ataque a los pueblos indígenas de Brasil en décadas, y si se aprueban podrían conllevar la destrucción total de los pueblos indígenas del país.

La directora de campañas de Survival, Fiona Watson, que ha visitado la comunidad de Guyra Roka, ha declarado hoy: “Esta es una victoria impresionante para un grupo de personas que han sido perseguidas implacablemente durante décadas, pero que nunca han dejado de luchar para recuperar su tierra. Los guaraníes y sus múltiples aliados en todo el mundo lucharán para que se les devuelva su tierra. Los guaraníes han soportado una crisis humanitaria de décadas en la que se les ha robado casi toda su tierra, se ha asesinado a sus líderes y se han destruido sus medios de supervivencia. Al igual que otros pueblos indígenas de todo Brasil, se enfrentan a un Gobierno cuyas políticas y acciones tienen el objetivo claro y genocida de acabar con ellos”.

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