Oleoducto letal: nueva amenaza para los indígenas aislados
25 marzo 2010
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La petrolera anglo-francesa Perenco ha dado a conocer sus planes de construcción de un oleoducto en el corazón de la tierra de los indígenas aislados en la selva amazónica.
El oleoducto transportará una cantidad estimada de 300 millones de barriles de crudo procedentes de las profundidades de la Amazonia del norte de Perú. En el informe donde detalla los potenciales impactos sociales y medioambientales del oleoducto la empresa no menciona a los pueblos indígenas, pese a que estos podrían resultar diezmados por el contacto con los trabajadores de Perenco.
“Al no mencionar que están trabajando en tierra de pueblos indígenas aislados se comportan como en su día hicieron los británicos en Australia: vuelven invisibles a los indígenas de forma que puedan reclamar la tierra para sí mismos”, declararon fuentes internas a Survival.
El informe de Perenco se hizo público recientemente a través de la página web del Ministerio de Energía peruano. Lo que no indica es que el oleoducto atravesará de lleno un área propuesta como reserva para los indígenas aislados.
El Ministerio no ha aprobado el informe de Perenco y ha pedido a la empresa que redacte un “plan de contingencia antropológico”, dada la “posible existencia” de indígenas aislados en la región.
Está previsto que el oleoducto tenga una longitud de 207 km y que conecte con otro ya construido, que transportará el petróleo hasta la costa de Perú en el Pacífico. Según el informe de Perenco, el oleoducto podría afectar a 500 m de bosque por cada lado.
Altos cargos peruanos tienen depositadas sus esperanzas en que el oleoducto transforme la economía del país. Survival International y otras muchas organizaciones están presionando al Gobierno peruano para que no permita su construcción.
El informe de Perenco dice que la producción está planificada para el año 2013. La empresa, dirigida por Francois Perrodo, ha negado la existencia de indígenas aislados en la región, a pesar de que la empresa que trabajaba previamente en la zona admitiera que el contacto con ellos era “probable”.