¡Por fin!: Australia da su apoyo a la Declaración de la ONU

26 marzo 2009

Niño aborigen, Australia. © Helen Ross/Survival

Esta página se creó en 2009 y puede contener terminología en desuso.

El Gobierno australiano ha anunciado que de ahora en adelante piensa secundar la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, dando así un giro de 180 grados a su postura previa de oposición. La ministra para Asuntos Indígenas, Jenny Macklin, llevará el comunicado de apoyo al Parlamento el próximo 3 de abril.

Cuando la Declaración fue adoptada por la Asamblea General de la ONU en septiembre del 2007, tan sólo cuatro países se opusieron a ella: Australia, Canadá, Nueva Zelanda y EE.UU. El cambio de postura de Australia aísla aún más a los tres países restantes.

El primer ministro australiano, Kevin Rudd, hizo historia el año pasado al pedir disculpas a las “generaciones robadas” de aborígenes australianos que fueron separados de sus familias y enviados a internados, o adoptados por familias blancas. Sin embargo, su Gobierno también ha sido condenado por dar continuidad a la controvertida medida de “intervención de emergencia” adoptada por la anterior administración en el Territorio del Norte.

La Declaración de la ONU establece una serie de importantes principios con los que evaluar el trato que los países dan a sus minorías indígenas, pero no es legalmente vinculante. La única legislación internacional sobre pueblos indígenas de carácter vinculante es el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.

Survival desarrolla una campaña para que todos los países ratifiquen el Convenio 169, que permite a los pueblos indígenas pedir cuentas a los gobiernos si estos violan las normas. Hasta la fecha, sólo 20 países lo han ratificado.  

Fuentes internas a Survival expresaron hoy: “Por fin la unión de los cuatro países que se oponen a los derechos indígenas de la ONU se empieza a desmoronar. Todos son países angloparlantes y, a excepción de EE.UU., también son miembros de la Commonwealth. Nueva Zelanda se escuda en que depende de su Tratado de Waitangi, pero, ¿y qué pasa con Canadá? ¿Seguirá escondiéndose bajo las faldas de EE.UU., o finalmente apoyará una declaración de derechos aceptada hoy en día por el resto del mundo? En un momento de celebración para los australianos, es hora de que los canadienses pidan explicaciones a sus líderes”.

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