Los biocombustibles amenazan las tierras de 60 millones de indígenas
30 abril 2008
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Según representantes indígenas en el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU (FPCI), reunidos en este momento en Nueva York, la demanda de biocombustibles está destruyendo las tierras y las vidas de los pueblos indígenas.
Un informe presentado al FPCI hace referencia a que "el aumento de violaciones de derechos humanos, de desplazamientos y de conflictos se debe a la expropiación de las tierras ancestrales y de los bosques para la plantación de biocombustibles." Una de las autoras del informe, la presidenta del FPCI Victoria Tauli-Corpuz, ha comentado que si la expansión de los biocombustibles continúa como está previsto, 60 millones de indígenas en el mundo están amenazados por la pérdida de su tierra y de su modo de vida.
El cultivo de aceite de palma es uno de los cultivos más destructivos de entre los que se usan para biocombustibles. Millones de indígenas en Malasia ya se han visto afectados por las plantaciones de aceite de palma, y otros tantos en Indonesia, donde unos 6 millones de hectáreas de aceite de palma han sido plantadas, la mayor parte en territorios indígenas. En Colombia miles de familias, muchas de ellas indígenas, han sido violentamente expulsadas de sus tierras como consecuencia de las plantaciones de aceite de palma y otros cultivos.
Malasia, Indonesia y Colombia tienen planes de expandir sus plantaciones de aceite de palma. Indonesia ha anunciado planes de plantaciones en Borneo, lo que podría provocar el desplazamiento de hasta 5 millones de indígenas, mientras en Papúa se han reservado 5 millones de hectáreas, la mayor parte tierras indígenas, para la plantación de aceite de palma. Colombia planea destinar 6,3 millones de hectáreas para plantaciones, lo que podría afectar a más de 100 comunidades indígenas.
"Si el Gobierno nos quita nuestras tierras, ¿qué nos quedará?" dijo un líder indígena de Papúa en una entrevista para Survival. "Si hay una plantación, nuestra tierra será destruida".
Otros cultivos para biocombustibles incluyen la caña de azúcar, la soja, el maíz, la yuca y la jatropa, una planta originaria de América central. Los guaraníes de Brasil han perdido gran parte de sus tierras por el cultivo de caña de azúcar mientras que el Gobierno de la India está destinando 13,5 millones de hectáreas de lo que denominan "tierra basura", la mayor parte de la cual es en realidad tierra indígena.
En Survival han declarado: "el boom de los biocombustibles no sólo tiene consecuencias para el medioambiente, el precio global de los alimentos y para los animales, como los orangutanes, si no que también tiene un efecto devastador para los pueblos indígenas. Las empresas que promueven febrilmente esta industria están dispuestas a apartar a los pueblos indígenas en sus ansias de tierras".