Desastre en Etiopía: Survival denuncia a una compañía italiana ante la OCDE
14 marzo 2016
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Survival International ha denunciado ante la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) que la construcción de una polémica presa a manos del gigante italiano de ingeniería Salini conllevará la destrucción de los medios de vida de cientos de miles de personas en Etiopía y Kenia.
La presa ha impedido las crecidas regulares del río Omo, de las cuales 100.000 personas dependen de forma directa para regar sus cultivos y alimentar el ganado, y otras 100.000 lo hacen de forma indirecta. Según los expertos, esto podría también acarrear el fin del lago Turkana – el mayor lago en entorno desértico del mundo – y un desastre para los 300.000 indígenas que viven a lo largo de su cauce.
Salini no buscó el consentimiento de la gente de la zona antes de construir la presa. En su lugar, afirmó que una “inundación artificial” los compensaría por sus pérdidas. Sin embargo, la apalabrada crecida del río nunca llegó y ahora miles de personas afrontan riesgo de hambruna.
La región es uno de los lugares más importantes de la temprana evolución humana, y un área de excepcional biodiversidad, con dos sitios declarados Patrimonio de la Humanidad y cinco parques nacionales. El director de la agencia de conservación de Kenia dijo la pasada semana que la presa está desencadenando “uno de los peores desastres medioambientales que se puedan imaginar.”
Stephen Corry, director de Survival, comentó: “Salini ha ignorado evidencias fundamentales, hecho falsas promesas y pisoteado los derechos de cientos de miles de personas. Miles se enfrentan ahora a la hambruna porque la mayor constructora de Italia, y una de sus más conocidas compañías, no consideró que los derechos humanos merecían su tiempo. Las consecuencias reales de las devastadoras políticas de ‘desarrollo’ del Gobierno de Etiopía, que han apoyado de forma vergonzosa agencias occidentales de cooperación para el desarrollo, como la británica DFID y la estadounidense USAID, son evidentes a los ojos de todo el mundo. Robar la tierra de personas y causar una enorme destrucción medioambiental no es ‘progreso’. Es una sentencia a muerte para los pueblos indígenas.”