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Amenazados por una empresa petrolera canadiense
Aunque los matsés se han opuesto repetidamente al trabajo de Pacific Rubiales en su tierra, sus protestas han sido ignoradas.
Existen alrededor de 2.200 matsés que viven en la selva amazónica en la frontera entre Perú y Brasil.
El río Yaquerana recorre el corazón de su tierra y señala la frontera internacional que separa su hogar.
Pero para los matsés, los arroyos, las planicies aluviales y las selvas de arena blanca conforman un territorio ancestral compartido por toda la tribu.
Por eso necesitamos espacio para cultivar nuestra propia comida.
Navegando por la selva
Las comunidades viven cerca de la ribera, y cada mañana niños y adultos se ponen en marcha para capturar el pescado del día.
En sus huertos crece una gran variedad de cultivos, entre ellos alimentos básicos como el plátano y la yuca.
El chapo, una bebida dulce hecha con plátano, siempre está hirviendo en el hogar de un matsés. Las mujeres cocinan la fruta madura y exprimen su tierna carne con coladores caseros hechos de hoja de palma.
Esta deliciosa bebida se sirve caliente, junto al fuego, y se suele beber mientras uno se mece en una hamaca.
Ranas para ser valientes
Una especie de rana verde conocida como “acate” segrega un fluido que utilizan tanto hombres como mujeres para obtener valor y energía, y mejorar las habilidades de caza.
Los hombres recolectan el fluido frotando la piel de la rana con un palo. Luego se aplica en pequeños agujeros que se queman en la piel del receptor.
El mareo y las náuseas pronto dan paso a una sensación de claridad y fuerza que puede durar varios días.
Los hombres matsés soplan tabaco, o polvo de “nënë”, por la nariz de los otros hombres para darles fuerza y energía.
Los espíritus de las plantas como medicina
Para los matsés, las plantas y los animales tienen espíritus al igual que los humanos, y pueden dañar o sanar un cuerpo humano.
Un curador identificará la causa de la enfermedad de su paciente y la tratará con su respectiva planta medicinal.
Un dolor de garganta, por ejemplo, puede estar causado por haber comido carne de mono aullador, y se puede tratar con una planta que se parece a la laringe del mono.
Amenazas de veneno
Los misioneros llegaron después de que se produjeran violentos enfrentamientos entre los colonos locales, que intentaban construir una carretera a través del territorio de los matsés, y los indígenas, que estaban defendiendo su tierra. Varios colonos fueron asesinados después de ocupar una de las casas comunales de los matsés e izar la bandera peruana, lo que provocó la intervención del ejército.
Desde entonces, los matsés han abandonado sus casas comunales y viven en casas familiares individuales, y muchas de sus antiguas ceremonias ya no se practican.
Se pone en conocimiento de los habitantes de esta zona que si en caso de seguir cometiendo crímenes y robos… serán exterminados por bombas y gases asfixiantes que serán lanzados por la aviación y las fuerzas terrestres que harán lo propio.
Si cambian de actitud serán recibidos con los brazos abiertos en el seno de la civilización, así lo ha dicho el presidente de la república Fernando Belaúnde Terry.
Anuncio clavado por los colonos en una casa matsés.
Los matsés no sabían leer.
Durante la década de los 90, los madereros inundaron el territorio de los matsés y los indígenas no contactados huyeron. Ahora los matsés dicen que están regresando.
“Cuando los madereros invadieron nuestra tierra, los indígenas aislados desaparecieron de la selva. Ahora hemos expulsado a los madereros y los indígenas están volviendo.
La empresa petrolera los obligará a huir de nuevo…”
Nueva amenaza desde Canadá
Las explosiones ahuyentan a los animales, por lo que quedan pocos alimentos que cazar. Es probable que las pruebas de perforación también contaminen los ríos donde los matsés pescan y cazan.
Además, permite a las empresas dejar expuestas zonas remotas y establecer campamentos allí. Ello aumenta el riesgo de contacto y lleva a los indígenas aislados a huir.
Los matsés se han opuesto repetidamente a los trabajos de la empresa petrolera y en 2016 y 2017 Pacific E&P se retiró de ambas concesiones.
Los indígenas luchan ahora para que estos dos lotes sean cancelados y que nuevos contratos no puedan ser adjudicados a otras compañías petroleras.
Los indígenas aislados son como nosotros antes de ser contactados por los misioneros. Se desplazan de sitio a sitio, y huyen cuando ven a un blanco. Cuando oyen que alguien se acerca esconden sus huellas con hojas y palos, igual que hacíamos nosotros. Pero yo sé que están ahí. Le puedo asegurar que están ahí.
Cómo podemos ayudar
En 2012 Perú prometió fortalecer la protección legal para los derechos de los pueblos indígenas, pero ha concedido a Pacific E&P licencias de exploración en contra de los deseos manifiestos de los matsés.Dile al Gobierno de Perú que proteja a los matsés no contactados
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