Celebramos la histórica victoria judicial de los bosquimanos contra su expulsión de sus tierras ancestrales con una galería de fotos y testimonios que muestran su profunda conexión con el territorio que es su hogar.

Los bosquimanos son el pueblo originario del sur de África. Son los únicos que pueden asegurar ser el pueblo “más indígena” del mundo, ya que han vivido en sus tierras durante más tiempo de lo que ningún otro pueblo ha vivido en ningún otro lugar.

En los años 80 se descubrió que la Reserva de Caza del Kalahari Central se encuentra en el centro de los yacimientos de diamantes más ricos del mundo. Entre 1997 y 2002 prácticamente todos los bosquimanos fueron expulsados de sus hogares y conducidos a campos de reasentamiento fuera de la reserva, donde no solo se vieron privados de sus derechos humanos fundamentales (un hogar, alimento y agua), sino también del modo de vida que había dado forma, a lo largo de milenios, a su identidad como pueblo.

Con la ayuda de Survival International, los bosquimanos llevaron su caso al Tribunal Supremo. Ganaron. El Tribunal dictaminó que la expulsión de los bosquimanos por parte del Gobierno de Botsuana fue “ilegal e inconstitucional”, y que tenían derecho a vivir en sus territorios ancestrales.

En esta fotografía, los bosquimanos celebran la victoria de 2006.

“Hoy es el día más feliz para nosotros los bosquimanos”, dijo el bosquimano Roy Sesana entonces. “Llevamos llorando tanto tiempo... pero hoy lloramos de felicidad”.

“Por fin somos libres. Las expulsiones han sido muy, muy dolorosas para mi pueblo. Espero que ahora podamos regresar a casa, a nuestra tierra”.

Para los bosquimanos, la tierra es vida.

Los bosquimanos son el pueblo originario del sur de África. Son los únicos que pueden asegurar ser el pueblo “más indígena” del mundo, ya que han vivido en sus tierras durante más tiempo de lo que ningún otro pueblo ha vivido en ningún otro lugar.

En los años 80 se descubrió que la Reserva de Caza del Kalahari Central se encuentra en el centro de los yacimientos de diamantes más ricos del mundo. Entre 1997 y 2002 prácticamente todos los bosquimanos fueron expulsados de sus hogares y conducidos a campos de reasentamiento fuera de la reserva, donde no solo se vieron privados de sus derechos humanos fundamentales (un hogar, alimento y agua), sino también del modo de vida que había dado forma, a lo largo de milenios, a su identidad como pueblo.

Con la ayuda de Survival International, los bosquimanos llevaron su caso al Tribunal Supremo. Ganaron. El Tribunal dictaminó que la expulsión de los bosquimanos por parte del Gobierno de Botsuana fue “ilegal e inconstitucional”, y que tenían derecho a vivir en sus territorios ancestrales.

En esta fotografía, los bosquimanos celebran la victoria de 2006.

“Hoy es el día más feliz para nosotros los bosquimanos”, dijo el bosquimano Roy Sesana entonces. “Llevamos llorando tanto tiempo… pero hoy lloramos de felicidad”.

“Por fin somos libres. Las expulsiones han sido muy, muy dolorosas para mi pueblo. Espero que ahora podamos regresar a casa, a nuestra tierra”.

Para los bosquimanos, la tierra es vida.

© Survival International

“Crecí como cazador. Todos nuestros jóvenes y hombres eran cazadores.

Cazar es ir y hablar con los animales. No robas. Vas y preguntas”.

Roy Sesana, bosquimano gana, Botsuana.

“Crecí como cazador. Todos nuestros jóvenes y hombres eran cazadores.

Cazar es ir y hablar con los animales. No robas. Vas y preguntas”.

Roy Sesana, bosquimano gana, Botsuana.

© Mark Hakansson/Survival

“Nos hicieron igual que a la arena, nacimos aquí.

Esta es la tierra del padre del padre de mi padre”.

Bosquimano, Botsuana

“Nos hicieron igual que a la arena, nacimos aquí.

Esta es la tierra del padre del padre de mi padre”.

Bosquimano, Botsuana

© Survival International

“Yo no puedo leer libros, pero sé cómo leer la tierra y los animales. Todos nuestros niños lo saben. De lo contrario, habrían muerto hace mucho tiempo.

Tienes que leer las plantas y la arena. Tienes que excavar raíces y hacerte fuerte.

Dejas algo de la raíz para el mañana, para que un día tus nietos puedan encontrarla y comérsela.

Aprendes lo que la tierra te dice”.

Roy Sesana, bosquimano gana, Botsuana.

“Yo no puedo leer libros, pero sé cómo leer la tierra y los animales. Todos nuestros niños lo saben. De lo contrario, habrían muerto hace mucho tiempo.

Tienes que leer las plantas y la arena. Tienes que excavar raíces y hacerte fuerte.

Dejas algo de la raíz para el mañana, para que un día tus nietos puedan encontrarla y comérsela.

Aprendes lo que la tierra te dice”.

Roy Sesana, bosquimano gana, Botsuana.

© Lottie Davies/Survival

“Mi tierra es muy importante. Busco raíces silvestres, frutos y animales salvajes. Conozco todas las técnicas para sobrevivir en esta zona porque me las enseñaron mis abuelos.

Mi padre me llevó a la naturaleza y me enseñó cómo sobrevivir”.

Xawa Gaima, bosquimano gana, Botsuana.

“Mi tierra es muy importante. Busco raíces silvestres, frutos y animales salvajes. Conozco todas las técnicas para sobrevivir en esta zona porque me las enseñaron mis abuelos.

Mi padre me llevó a la naturaleza y me enseñó cómo sobrevivir”.

Xawa Gaima, bosquimano gana, Botsuana.

© Mark Hakansson/Survival

“Si fuera a un ministro y le dijera ‘vete de tu hogar, pensaría que estoy loco”.

Bosquimano, Botsuana.

“Si fuera a un ministro y le dijera ‘vete de tu hogar, pensaría que estoy loco”.

Bosquimano, Botsuana.

© Dominick Tyler

“Los campos de reasentamiento han convertido a nuestra gente en ladrones, mendigos y borrachos.

No quiero esta vida. Primero nos convierten en pobres quitándonos nuestra tierra, nuestra caza y nuestro modo de vida. 

Luego dicen que no somos nada porque somos pobres”.

Jumanda Gakelebone, bosquimano gana, Botsuana.

“Los campos de reasentamiento han convertido a nuestra gente en ladrones, mendigos y borrachos.

No quiero esta vida. Primero nos convierten en pobres quitándonos nuestra tierra, nuestra caza y nuestro modo de vida.

Luego dicen que no somos nada porque somos pobres”.

Jumanda Gakelebone, bosquimano gana, Botsuana.

© Dominick Tyler

“Deja que nos llamen primitivos. Deja que nos llamen gente de la Edad de Piedra.

Nuestro modo de vida nos vale. Hemos visto su desarrollo, y no nos gusta”.

Mujer bosquimana, Botsuana.

“Deja que nos llamen primitivos. Deja que nos llamen gente de la Edad de Piedra.

Nuestro modo de vida nos vale. Hemos visto su desarrollo, y no nos gusta”.

Mujer bosquimana, Botsuana.

© Mark Hakansson/Survival

A pesar de que los bosquimanos vieron reconocido su derecho a su tierra en 2006, desde entonces el Gobierno de Botsuana ha hecho todo lo posible por hacer su retorno imposible. Incluso les ha prohibido acceder a un pozo de agua que taparon durante las expulsiones.
Los jueces del Tribunal Supremo describieron la situación de los bosquimanos como “una desgarradora historia de sufrimiento humano y desesperación”. 

En enero de 2011, los bosquimanos celebraron una nueva victoria cuando el Tribunal de Apelaciones reconoció su derecho a cavar pozos en su territorio ancestral. El Tribunal dictaminó que negar a los bosquimanos el acceso al pozo suponía un trato “degradante” y contrario a la Constitución del país.

La lucha, sin embargo, no ha terminado aún. Los bosquimanos del sur de África aún se enfrentan al racismo, a la subyugación y a la represión por el estado. Necesitan que otras personas de todo el mundo se unan a su lucha por conseguir ser vistos como iguales, y para defender su derecho fundamental a vivir la vida que elijan.

“El día que muramos
una suave brisa borrará 
nuestras huellas en la arena.

Cuando el viento amaine, 
¿quién contará a la eternidad 
que un día caminamos 
por este sendero 
en los albores del tiempo?”.

Poema bosquimano, Botsuana.

A pesar de que los bosquimanos vieron reconocido su derecho a su tierra en 2006, desde entonces el Gobierno de Botsuana ha hecho todo lo posible por hacer su retorno imposible. Incluso les ha prohibido acceder a un pozo de agua que taparon durante las expulsiones.
Los jueces del Tribunal Supremo describieron la situación de los bosquimanos como “una desgarradora historia de sufrimiento humano y desesperación”.

En enero de 2011, los bosquimanos celebraron una nueva victoria cuando el Tribunal de Apelaciones reconoció su derecho a cavar pozos en su territorio ancestral. El Tribunal dictaminó que negar a los bosquimanos el acceso al pozo suponía un trato “degradante” y contrario a la Constitución del país.

La lucha, sin embargo, no ha terminado aún. Los bosquimanos del sur de África aún se enfrentan al racismo, a la subyugación y a la represión por el estado. Necesitan que otras personas de todo el mundo se unan a su lucha por conseguir ser vistos como iguales, y para defender su derecho fundamental a vivir la vida que elijan.

“El día que muramos
una suave brisa borrará
nuestras huellas en la arena.

Cuando el viento amaine,
¿quién contará a la eternidad
que un día caminamos
por este sendero
en los albores del tiempo?”.

Poema bosquimano, Botsuana.

© Dominick Tyler

“No nos sujetéis, queremos seguir adelante.

Tenemos nuestra propia lengua”.

Dicao Oma, mujer bosquimana.

“No nos sujetéis, queremos seguir adelante.

Tenemos nuestra propia lengua”.

Dicao Oma, mujer bosquimana.

© Katherine B. Topolniski/Survival

Otras galerías