Indígenas brasileños ocuparon el Congreso en una protesta territorial
26 abril 2013
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Con motivo de la celebración del Día del Indígena el pasado 19 de abril en Brasil, cientos de indígenas brasileños de varias tribus invadieron y ocuparon parte del congreso la semana pasada, para protestar y tratar de cambiar la ley relativa a los derechos sobre sus tierras.
Los indígenas están indignados por la enmienda constitucional propuesta que debilitaría el control sobre sus territorios. Temen que la “PEC 215” cause más retrasos y obstáculos al reconocimiento y protección de sus tierras ancestrales al otorgar poder al Congreso en el proceso de demarcación territorial.
Los indígenas aseguran que no van a dejar de protestar hasta que no se deseche la enmienda prevista.
Junto a la Directiva 303, la enmienda 215 es el resultado de la presión ejercida por el poderoso lobby rural brasileño, al que pertenecen numerosos políticos que son propietarios de haciendas ganaderas ubicadas en territorio indígena.
Podría significar un desastre para miles de indígenas que están esperando a que el Gobierno cumpla con su deber legal de delimitar sus tierras.
En pleno boom de la industria de la caña de azúcar en Brasil, que obtiene beneficios a costa de las plantaciones ubicadas en tierra indígena, los guaraníes de Mato Grosso do Sul padecen malnutrición, violencia, asesinatos y registran una de las tasas de suicidio más elevadas del mundo. El portavoz guaraní Tonico Benites explica: “El suicidio de guaraníes se produce y aumenta como resultado del retraso en la identificación y demarcación de nuestra tierra ancestral”.
Por todo el país, los pueblos indígenas están luchando para que su tierra esté protegida frente a las invasiones de madereros, ganaderos, mineros y colonos. Los indígenas awás que habitan en la Amazonía nororiental son la tribu más amenazada de la Tierra. Los awás no contactados no sobrevivirán si no se toman medidas para proteger su bosque.
El pasado 18 de abril la asociación yanomami Hutukara convocó una manifestación en Ajarani, al este de su territorio, a la que asistieron alrededor de 400 yanomamis. Esta zona lleva décadas ocupada por terratenientes ganaderos. A pesar de una orden judicial que ordena su expulsión, se han negado a hacerlo.
El vicepresidente de Hutukara Maurício Ye’kuana afirmó: "La presencia de los ganaderos en la región ha causado gran daño a los pueblos indígenas y al medio ambiente, como la deforestación y la quema de los bosques. Queremos poner fin a esto”.
Mientras tanto indígenas Munduruku llevan meses protestando contra la propuesta de construir varias presas hidroeléctricas a lo largo del Tapajós, un gran afluente del Amazonas.
El mes pasado, las fuerzas armadas y la policía lanzaron la “Operación Tapajós” en un intento de acabar con las protestas de los indígenas en contra de la llegada de los equipos técnicos de topografía a la zona donde se va a construir la primera presa, São Luis do Tapajós.
El 16 de abril un juez federal ordenó que esta operación se suspenda y que se consulte a los indígenas y a otras comunidades afectadas antes de que se lleven a cabo los estudios técnicos. El juez también dictaminó que la evaluación de impacto ambiental debe realizarse sobre el daño acumulado de la construcción de todas las presas planeadas para el Tapajós.