Las autoridades brasileñas aprueban una polémica presa en la Amazonia
17 enero 2011
Esta página se creó en 2011 y puede contener terminología en desuso.
El Departamento de Asuntos Indígenas del Gobierno de Brasil, FUNAI, ha emitido una orden que restringe el acceso a una zona cercana al proyecto de la presa de Belo Monte, tras descubrir indicios de que pueblos indígenas no contactados habitan allí.
Pero, a pesar de haber reconocido la presencia de indígenas aislados cerca del lugar donde se prevé construir la presa, FUNAI ha dado su aprobación para que el proyecto siga adelante.
FUNAI también declaró que, durante los próximos dos años, sólo un equipo de sus propios empleados podrá acceder a la zona, para estudiar la presencia de los indígenas no contactados.
Si se construye, la presa de Belo Monte inundaría una gran extensión de tierra, devastaría la selva y reduciría la pesca de la que dependen los indígenas para sobrevivir.
Los indígenas no contactados de esta zona están especialmente amenazados por el gran flujo de inmigrantes que generaría la construcción, ya que tienen poca resistencia frente a enfermedades traídas del exterior, que podrían ser mortales para ellos.
Indígenas del pueblo asurini que también viven en la zona han advertido de que han visto a indígenas no contactados en la selva, y que la presa representa una seria amenaza para ellos.
Mientras tanto, el presidente de la agencia medioambiental del Gobierno brasileño IBAMA, Abelardo Bayma, dimitió la semana pasada, supuestamente debido a las presiones que recibió para que otorgara la licencia de construcción de la presa de Belo Monte a pesar de los riesgos medioambientales.
El ministro de Minas y Energía de Brasil, Edson Lobão, ha declarado que la licencia de construcción para la presa será concedida en breve. Se cree que la construcción podría comenzar en febrero de este año.
Survival International está haciendo campaña para que el territorio de todos los indígenas no contactados sea protegido.
Firma la petición internacional en la web de Avaaz para pedir a la nueva presidenta de Brasil Dilma Rousseff que impida la construcción de Belo Monte (en ingles).
