Sentencia judicial histórica asesta un golpe demoledor a un emblemático proyecto de compensación de carbono
28 enero 2025
Una sentencia judicial, de gran relevancia en Kenia, ha asestado un duro revés a un proyecto insignia de compensación de carbono utilizado por Meta, Netflix, British Airways y otras multinacionales, que desde hace tiempo ha sido criticado por los defensores de los derechos de los pueblos indígenas.
El fallo llega a raíz de la demanda interpuesta por 165 miembros de comunidades afectadas, y confirma que dos de las mayores zonas de conservación creadas por la polémica organización Northern Rangelands Trust (NRT) se han establecido de forma inconstitucional y carecen de fundamento jurídico.
El tribunal también ha dictaminado que los guardaparques de NRT, fuertemente armados y acusados de graves y reiterados abusos contra los derechos humanos de los indígenas de la región, deben abandonar estas zonas de conservación.
Una de las dos zonas de conservación implicadas en el caso, conocida como Biliqo Bulesa, aporta aproximadamente una quinta parte de los créditos de carbono del polémico proyecto de NRT para vender créditos de carbono a empresas occidentales.
La sentencia podría ser aplicable también a cerca de la mitad de las otras zonas de conservación implicadas en el proyecto de compensación de carbono, ya que comparten la misma situación legal, aunque no formen parte de la demanda. Esto significa que todo el proyecto, con el que NRT ya ha ganado millones de dólares (se desconoce la cantidad exacta porque la organización no publica sus cuentas financieras), está ahora en peligro.
Aunque la demanda se presentó por primera vez en 2021, el Tribunal de Medio Ambiente y Tierras de Isiolo no ha dictado sentencia hasta hace poco. La cuestión legal en el centro de este caso ya fue identificada en el informe “Carbono de sangre” de Survival International, que también cuestionaba el fundamento mismo del proyecto de compensación de carbono de NRT: su afirmación de que, al controlar las actividades del ganado de los pastores indígenas, aumentaba la vegetación de la zona y, por tanto, la cantidad de carbono almacenado en el suelo.
El varapalo asestado por la sentencia es también el último de una serie de reveses para la credibilidad de Verra, el principal organismo que verifica los proyectos de créditos de carbono. Aunque algunas de las zonas de conservación participantes en el proyecto de NRT carecían de una base jurídica clara y, por tanto, no podían “poseer” o “transferir” créditos de carbono a NRT, el proyecto fue validado y aprobado por Verra, y pasó por dos verificaciones en su sistema. Las quejas de Survival International provocaron una revisión del proyecto en 2023, que tampoco resolvió el problema.
Caroline Pearce, directora de Survival International, ha declarado hoy:
“La sentencia confirma lo que las comunidades llevan años diciendo: que no fueron adecuadamente consultadas sobre la creación de las zonas de conservación, vulnerando sus derechos territoriales. Los donantes occidentales de NRT, como la UE, Francia y USAID, deben dejar de dar fondos a esta organización, ya que han estado financiando una operación que ahora se considera ilegal.
Esta sentencia plantea algunas cuestiones muy incómodas tanto para NRT como para Verra, ya que demuestra que no hay base legal para, al menos, una parte significativa del proyecto de compensación de carbono. Los créditos de carbono emitidos deben considerarse ahora inválidos.
Desgraciadamente, este desastre de NRT dista mucho de ser un problema aislado. Buena parte de estos proyectos de compensación de carbono siguen el mismo modelo anticuado que la conservación tradicional de fortaleza: afirman 'proteger' la tierra mientras pisotean los derechos de sus propietarios indígenas, y obtienen suculentos beneficios en el proceso.
Que NRT también haya tomado atajos legales mientras lo hacía no debería sorprender, y desde Survival lo señalamos hace años. Es hora de que Verra realice por fin una revisión adecuada del proyecto de una vez por todas."
Mira este vídeo con el testimonio del líder borana Abdullahi Hajj Gonjobe sobre el devastador impacto de las zonas de conservación de NRT en su modo de vida pastoril.
Información complementaria:
- NRT agrupa 45 “zonas de conservación comunitaria” en el norte de Kenia, muchas de las cuales son territorio de miles de indígenas boranas, samburus y rendilles. Esto representa más del 10% de toda la superficie de Kenia.
- El caso se presentó ante el Tribunal Superior de Isiolo en septiembre de 2021. El Tribunal de Medio Ambiente y Tierras de Isiolo dictó sentencia el 24 de enero de 2025.
- En la demanda se acusaba a NRT de establecer y gestionar zonas de conservación en tierras comunitarias no registradas, “sin participación ni implicación de la comunidad”, incluyendo la falta de consentimiento libre, previo e informado antes de delimitar y anexionar tierras comunitarias para la conservación privada de la vida silvestre. La denuncia señala, en parte: “(NRT), con la ayuda de guardaparques y de la administración local, sigue recurriendo a la intimidación y la coacción, así como a las amenazas, contra los dirigentes comunitarios cuando éstos intentan oponerse a cualquiera de sus planes”.
- El caso fue presentado por las comunidades de dos zonas de conservación, Biliqo Bulesa Conservancy (que está en la zona del proyecto de compensación de carbono de NRT donde se generaron el 20% de los créditos de carbono del proyecto) y Cherab Conservancy, que se encuentra fuera de la zona de dicho proyecto.
- Según el tribunal, estas dos reservas se establecieron ilegalmente. Se han dictado medidas cautelares permanentes que prohíben a NRT y a otros entrar en la zona u operar allí con sus guardaparques u otros agentes.
- El Gobierno tiene que seguir adelante con el registro de las tierras comunitarias con arreglo a la Ley de Tierras Comunitarias, y tiene que cancelar las licencias para que NRT opere en las zonas respectivas.
- Informes sostienen que el proyecto de compensación de emisiones de carbono de NRT es el mayor proyecto de captura de carbono en el suelo del mundo.