Los indígenas no contactados de PerúLos indígenas no contactados de PerúLos indígenas no contactados de PerúLos indígenas no contactados de PerúLos indígenas no contactados de Perú

Los indígenas no contactados de Perú

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Hay al menos 20 pueblos indígenas no contactados que viven en la Amazonia peruana, y todas ellos se enfrentan a una catástrofe a menos que se proteja su tierra.

Survival lleva pidiendo al Gobierno peruano que proteja las tierras habitadas por pueblos indígenas no contactados desde la década de 1970.

En la actualidad, se han creado cinco reservas para los pueblos indígenas no contactados y Perú ha ratificado leyes que defienden su derecho a que los dejen en paz.

Pero ahora las amenazas son mayores que nunca. Seis reservas siguen sin protección, los madereros y mineros ilegales invaden la selva, y las concesiones de petróleo y gas atraviesan más del 70% de la región amazónica de Perú.

Estamos haciendo campaña para garantizar que el Gobierno defienda el derecho de los pueblos indígenas no contactados a su tierra y evite que los forasteros la invadan.

Las mayores amenazas para los indígenas no contactados de Perú son los trabajadores de las empresas petroleras y los madereros ilegales.

El Gobierno peruano ha firmado contratos con petroleras que abarcan más del 70% de la Amazonia peruana . En una buena parte de este territorio están incluidas regiones donde habitan pueblos indígenas aislados.

La prospección petrolera es especialmente peligrosa para los indígenas porque abre zonas antes remotas a otros foráneos, como madereros y colonos. Usan las carreteras y caminos de los equipos de exploración para entrar.

Las barcazas de las petroleras forman parte del paisaje en los ríos del norte de Perú. © Survival

Todo mi pueblo murió. Empezaron a dolerles los ojos, empezaron a toser, se pusieron enfermos y murieron justo allí en la selva. Una mujer nahua describe el contacto

Shell y la tragedia de los nahuas

En el pasado, la prospección petrolera derivó en un contacto violento y desastroso con los indígenas no contactados.

A principios de la década de los años 80, una prospección de Shell provocó el contacto con los nahuas. En cuestión de unos pocos años, alrededor del 50% de los nahuas había muerto.

Ahora, un consorcio de empresas lideradas por la argentina Pluspetrol y entre las que se encuentra también Repsol opera en la tierra de los nahuas y tiene previsto ampliar un enorme proyecto de gas. Se trata del mayor campo gasístico de Perú, conocido como Camisea.

Camisea se ubica dentro de una reserva para indígenas aislados y no contactados, entre los que se encuentran los nantis y los matsigenkas. La expansión del proyecto podría derivar en la desaparición de estos vulnerables pueblos.

Perú se refiere a su política hacia empresas internacionales como “de puertas abiertas”. El Gobierno anima activamente a nuevas empresas a hacer prospección en zonas donde habitan pueblos indígenas no contactados, incluidos los mashco-piros y los isconahuas.

La caoba: el “oro rojo”

Actividad maderera en Madre de Dios, sureste de Perú. © FENAMAD

La otra gran amenaza son los madereros ilegales, muchos de ellos en busca de caoba. Conocida como el “oro rojo”, la caoba alcanza un precio muy alto en el mercado internacional.

La selva peruana tiene parte de la última madera de caoba comercialmente viable que queda en el mundo, lo que ha provocado una “fiebre del oro rojo” en pos de lo que aún queda.

Por desgracia, estas son las mismas zonas donde viven los indígenas aislados, lo que significa que el hecho de que los madereros invadan su territorio y contacten con ellos es casi inevitable.

En 1996 los madereros ilegales forzaron el contacto con los indios murunahuas. En los años siguientes murió el 50% de ellos, la mayoría de catarros, gripe y otras infecciones respiratorias.

Los madereros también han forzado a miembros de un pueblo indígena no contactado a huir de Perú por la frontera hacia Brasil.

Las pruebas

A lo largo de los años se ha recopilado una gran cantidad de pruebas, que incluyen vídeos, audios, fotos, utensilios, testimonios y entrevistas.

Por ejemplo, el 18 de septiembre de 2007, un avión fletado por la Sociedad Zoológica de Frankfurt sobrevoló una zona remota del sureste de la selva peruana para comprobar la presencia de madereros ilegales. Por casualidad encontraron un grupo de unos veintiún indígenas , probablemente del pueblo mashco-piro, en un campamento temporal de pesca en la ribera de un río.

Sólo seis semanas después, Alan García, el presidente de Perú por aquel entonces, escribía en un artículo de un diario que los indígenas no contactados habían sido ‘creados’ por ‘medioambientalistas’ que se oponen a las prospecciones petrolíferas.

Los indígenas aislados colocan lanzas en forma de cruz para advertir a los foráneos que se mantengan alejados. © Marek Wolodzko/AIDESEP

Modo de vida

Casi todos los indígenas no contactados son nómadas, se desplazan por la selva dependiendo de las estaciones, en pequeños grupos de familias extensas.

En la estación de lluvia, cuando los niveles de agua son altos, los indígenas, que generalmente no usan canoas, viven lejos de los ríos, en el corazón de la selva.

Durante la estación seca, sin embargo, cuando los niveles de agua son bajos y en los meandros de los ríos se forman playas, acampan en esas playas y pescan.

Huevos de tortuga

La estación seca es también el momento del año en que las tortugas de río aparecen en las playas para poner sus huevos, enterrándolos en la arena.

Los huevos son una fuente importante de proteína para los indígenas, y son expertos en encontrarlos y desenterrarlos.

El hecho de que los indígenas estén en estas playas significa que en este momento del año es más probable que sean vistos por los madereros y otros foráneos o por los pueblos indígenas vecinos ya contactados.

Además de huevos de tortuga, los indígenas no contactados se alimentan de gran variedad de carne, pescado, plátanos macho, frutos secos, bayas, raíces y larvas. Entre los animales que cazan están el tapir, el pecarí, monos y ciervos.

Indígenas no contactados

Survival estima que hay al menos 20 pueblos indígenas no contactados en Perú. Viven en las regiones más remotas y no contactadas de la selva amazónica, pero sus tierras están siendo rápidamente destruidas por los forasteros.

Entre ellos se encuentran los kakataibos, isconahuas, matsigenkas, mashco-piros, mastanahuas, murunahuas (o chitonahuas), nantis y yoras.

Múltiples amenazas

Todos ellos se enfrentan a terribles amenazas, que afectan a sus tierras, a su modo de vida y, por lo tanto, a su propia supervivencia. Si no se hace nada, posiblemente desaparezcan por completo.

Los pueblos indígenas aislados son extremadamente vulnerables a cualquier forma de contacto con foráneos, ya que no tienen inmunidad frente a las enfermedades occidentales.

El derecho internacional reconoce que los indígenas son dueños de sus tierras y su derecho a vivir en ellas como elijan.

Tras el primer contacto, es frecuente que más del 50% de un pueblo indígena muera. A veces, todos mueren.

El Gobierno peruano no está respetando el derecho internacional, así como tampoco lo hacen las empresas que invaden las tierras indígenas.

Una buena razón para permanecer aislados

Todo lo que sabemos acerca de estos indígenas no contactados pone de manifiesto que buscan mantener su aislamiento.

En las pocas ocasiones en que se les ha visto o encontrado, han dejado claro que quieren que les dejemos en paz.

A veces reaccionan de forma agresiva, como forma de defender su territorio, o dejan señales en la selva advirtiendo a los foráneos que se mantengan alejados.

Los indígenas han sufrido una violencia terrible y enfermedades traídas por los foráneos en el pasado. Para muchos, este sufrimiento continúa hoy día. Obviamente, tienen muy buenas razones para no querer el contacto.

Raya, un anciano nahua. Más de la mitad de su pueblo fue aniquilado tras la apertura de su tierra a la exploración petrolífera. © Johan Wildhagen

¿Qué podemos hacer al respecto?

Survival está instando al Gobierno peruano para que proteja a los pueblos indígenas no contactados y no permita las exploraciones de petróleo, talas u otra forma de extracción de los recursos naturales de las tierras indígenas.

El Gobierno debe reconocer a los indígenas como los propietarios de su tierra.

En la década de 1990, tras una campaña de Survival en colaboración con la organización indígena local FENAMAD, la petrolera Mobil se retiró de un área habitada por pueblos indígenas no contactados en el sureste de Perú.

Por favor, ayúdanos a luchar por los derechos de las personas más vulnerables del mundo.

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