En enero de 2014, el príncipe Guillermo de Inglaterra lanzó una iniciativa conocida como United for Wildlife (Unidos por la Vida Salvaje). Las mayores organizaciones conservacionistas del mundo han unido fuerzas para frenar el tráfico ilegal de animales salvajes.
Sin embargo, United for Wildlife no ha reconocido que en muchos países la caza de subsistencia que practican los pueblos indígenas se considera ilegal.
A los pueblos indígenas se les impide cazar para alimentar a sus familias en “zonas de conservación” creadas sobre sus tierras ancestrales, de las que han dependido y que han gestionado durante miles de años.
En Botsuana, a los bosquimanos se les acusa de “furtivos” pese a que cazan para alimentarse. Se enfrentan a arrestos y palizas, tortura y muerte, mientras se fomenta la caza mayor entre quienes pagan por ella.
Por favor, escribe a United for Wildlife pidiendo que reconozca públicamente los derechos de los pueblos indígenas para garantizar que se pone fin a estos abusos.