Varias empresas agroganaderas destruyen a un ritmo frenético la última tierra de los ayoreos. Muchos han sido forzados a marcharse de su bosque y sufren enfermedades frente a las que no tienen inmunidad.
Algunos miembros de este pueblo indígena permanecen sin contactar. Viven en una huida permanente, escapando de las excavadoras (topadoras) y de los incendios que avanzan sin freno sobre su cada vez más menguante isla de bosque.
Durante más de 25 años, Survival ha hecho campaña por las reclamaciones territoriales de los ayoreos, y una parte de su tierra ha sido protegida.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también se ha pronunciado. Ha ordenado a Paraguay que proteja a los ayoreos deteniendo la deforestación. Los ayoreos necesitan ahora que los simpatizantes redoblemos la presión.
Ayúdanos a presionar al Gobierno del país y a que el último pueblo indígena aislado de Paraguay tenga la oportunidad de decidir su propio futuro.