Se completa la primera etapa de la operación para salvar a la tribu más amenazada de la Tierra
14 febrero 2014
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La primera etapa de la operación comandada por el Gobierno de Brasil para expulsar a los madereros y ganaderos ilegales del territorio de la tribu awá ha finalizado tras la notificación a la totalidad de invasores de que deben irse.
Se han repartido un total de 427 avisos de desalojo en los que se notifica a los no indígenas que cuentan con un periodo de 40 días para salir del territorio o de lo contrario serán expulsados.
Los awás son internacionalmente conocidos como la tribu más amenazada de la Tierra debido al alarmante ritmo de rápida destrucción que registra su selva, y los expertos brasileños han advertido que afrontan el genocidio y la extinción.
A raíz de una serie de llamamientos desesperados de los awás y de la campaña global de Survival para proteger su tierra, el Gobierno brasileño finalmente desplegó un gran operativo en terreno a inicios de este año.
En declaraciones al canal televisivo estatal, TV Globo de Brasil, el juez Carlos Madeira que sentenció que todos los foráneos deberían dejar la zona, recalcó la gran preocupación internacional por los awás revelando que había recibido 10.000 cartas de todo el mundo instándolo a actuar.
El ministro de justicia de Brasil ha recibido más de 56.000 mensajes de todos los rincones del mundo que instaban a proteger la tierra awá.
La operación a gran escala involucra a varios ministerios, al departamento de asuntos indígenas de Brasil, FUNAI, al ejército, a la policía federal y al despacho de la presidencia con un escuadrón desplegado en terreno de, al menos, 200 agentes.
El diputado brasileño Padre Ton, que participó en una conferencia sobre la adversa situación de los awás en el Parlamento Europeo el mes pasado, declaró que el Congreso monitoreará el caso de los awás y que planea visitar a la tribu una vez que las expulsiones se completen.
Funcionarios del Gobierno se reunieron ayer para confirmar detalles sobre el programa de protección de tierras que será implementado una vez que las tierras hayan sido restituidas a los awás para su uso exclusivo, tal y como estipula la legislación brasileña y el derecho internacional.
