Golpe de Amnistía a Vedanta
11 febrero 2010
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Amnistía International ha publicado esta semana un informe en el que critica el comportamiento de la empresa minera Vedanta Resources, que cotiza entre los principales valores de la bolsa londinense. El informe de Amnistía expone las graves violaciones de derechos humanos cometidas por la empresa en Orissa (India).
Vedanta planea abrir una mina de bauxita en una montaña sagrada para los dongria kondh y ya ha construido una refinería al pie de las colinas.
Amnistía concluye que: “Vedanta Resources y sus filiales no han actuado para solventar adecuadamente los problemas indicados. Las empresas implicadas tampoco han cumplido con las normas internacionalmente aceptadas relativas al impacto de las empresas en los derechos humanos —facilitar información, consultar con la población y perfilar los planes al objeto de garantizar que no se lesionan derechos—”.
El informe de Amnistía es el último de una sucesión de críticas devastadoras sobre el comportamiento de Vedanta en Orissa y forma parte de la campaña Exige Dignidad.
La semana pasada la Iglesia de Inglaterra vendió sus acciones en la minera por valor de 3,8 millones de libras, afirmando que: “No estamos seguros de que Vedanta haya mostrado, o vaya a mostrar en el futuro, el nivel de respeto a los derechos humanos y las comunidades locales que nosotros esperamos.”
En 2009 el Gobierno británico reprendió a Vedanta, registrada como una empresa londinense, porque no había respetado los derechos humanos de los dongria kondh, y afirmó que un “cambio inmediato en el comportamiento de la empresa” era “esencial”. Muchas otras organizaciones, incluidas Ayuda en Acción, Urgewald, Banktrack y Campaña India por la Supervivencia y la Dignidad también han condenado la actitud de Vedanta.
Fuentes internas a Survival declararon hoy: “Vedanta se ha convertido en una paria de la industria minera, y su proyecto en Orissa es, sin duda, el más controvertido del mundo. No recuerdo la última vez que un único proyecto recibió tantas críticas. Todo aquel que conoce este proyecto coincide en destacar la arrogancia de la empresa: simplemente no se han molestado ni siquiera en preguntar a los dongria lo que piensan sobre la mina, y mucho menos en buscar su consentimiento para el proyecto”.